viernes, 1 de octubre de 2010

los conservadores en la industria alimentaria

Los conservadores son aditivos que se agregan a los alimentos para prolongar su vida de anaquel, ya que su función es retrasar el desarrollo microbiano.
Es importante enfatizar que el uso de conservadores no exime de las medidas de higiene que deben seguirse en la elaboración de los alimentos ya que un conservador no tendrá utilidad si se adiciona a un alimento ya descompuesto o en proceso de descomposición.
La elección de un conservador depende de las características del alimento al que se adicionará y de la composición, así un conservador  que es adecuado para salsas puede no serlo para el pan.
Factores importantes a considerar son el pH, pues hay conservadores que se desempeñan mejor en medio ácido o débilmente ácido que en medio neutro.
La solubilidad, ya que existen tanto versiones solubles en agua como solubles en grasas.
El proceso de manufactura también influye y se deberá considerar que el conservador  no se deteriore o evapore durante la elaboración del alimento, además de que se distribuya homogéneamente en el producto.

Respecto a la cantidad de conservador que se debe adicionar, hay regulaciones, la Secretaria de Salud a través del Diario Oficial de la Federación publica los conservadores y dosis máximas permitidas en las Normas Oficiales que regulan la producción de alimentos procesados. Sin embargo, no es recomendable  utilizar el máximo permitido sin antes hacer pruebas que permitan seleccionar la dosis óptima para cada alimento en particular, e incluso en algunos alimentos el uso de dos o más conservadores resulta provechoso al tener efecto sinérgico, es decir, que funcionan mejor juntos que por separado, permitiendo así reducir su dosis.  Una sobredosificación  puede alterar el sabor y olor de los alimentos, si bien cabe aclarar que hay conservadores como el Acido Sórbico y el Sorbato de Potasio que no afectan los atributos de los mismos.
Predecir el tiempo de vida útil de un producto adicionado de conservadores requiere llevar       a cabo pruebas de estabilidad en laboratorios de análisis de alimentos, donde se simularán condiciones de almacenamiento de normales a extremas que permitirán asignar una fecha de caducidad, sobre todo cuando se desea comercializarlo.

el vino y las enfermedades oculares


Uno de sus componentes, el resveratrol, ayudaría a prevenir parecimientos como la retinopatía diabética o la degeneración macular, según estudio.

El componente resveratrol añade una razón más a beber vino tinto, según los resultados de los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, que se publica en la edición de julio de la revista American Journal of Pathology.

Sus efectos contra el envejecimiento podrían servir para nuevas terapias destinadas a enfermedades que pueden generar ceguera, como la retinopatía diabética, o la degeneración macular relacionada con la edad.

Experimentos en las retinas de ratones demostraron que el resveratrol pueden inhibir la angionesis, una patología que se deriva de la formación de vasos sanguíneos nuevos y que puede ser un elemento clave en el desarrollo de cánceres y en la aterosclerosis, el endurecimiento de las arterias por la acumulación de grasas.
Según la especialista Rajendra S. Apte, las investigaciones han permitido identificar una nueva manera de aplicar terapias relacionadas con estas enfermedades, a partir de la observación de vasos sanguíneos anormales en los ratones.

La aplicación del ingrediente del vino consiguió que los vasos anormales empezaran a desaparecer y también la prevención de que más aparecieran, según el equipo de Apte.

“Esta podría ser una terapia preventiva potencial en pacientes de alto riesgo. Y porque funcionó en vasos sanguíneos anómalos en animales, tal vez se puede aplicar como terapia después de que la angiogenesis empiece a ser dañina (para el ojo)”, señaló.

La investigación fue financiada por el Instituto Nacional de la Vista de los Institutos de Salud y otras organizaciones relacionadas con el estudio de la ceguera y problemas de vista






ingenieria alimentaria: que es, ejemplos y objetivos

La ingeniería de alimentos o ingeniería alimentaria es una disciplina que tiene como función la transformación de materias primas de consumo humano en productos con una vída útil mas prolongada fundamentada en la comprensión de fenómenos de la química de los alimentos, la biología y la física. Esto se realiza con distintos fines, siendo el más importante que estas materias primas puedan conservarse el mayor tiempo posible, sin que pierdan su valor nutritivo, reducción de costos cuando se trata de transporte; deshidratación es el ejemplo más común: leche, frutas.


La manera en que se transforman los alimentos influye decisivamente en las propiedades que van a presentar. Así, si se le somete a un tratamiento térmico, por ejemplo la cocción, es de esperar que la pérdida de agua sea la causante del hecho de que cruja al morderlo. Este es el caso de las galletas. Así mismo un cambio en las propiedades del alimento también puede introducir efectos no deseados. Siguiendo con el ejemplo, si esa galleta se deja el tiempo suficiente al aire libre tenderá a adsorber la humedad perdida en el tratamiento térmico sufrido, con lo que se reblandecerá. Por otra parte, el proceso experimentado durante la obtención del alimento, si se realiza en condiciones inadecuadas, podría conducir a una pérdida de determinados componentes:compuestos volátiles, vitaminas, incluso proteínas.

objetivos:
  1. Controlar las operaciones de los procesos industriales de fabricación, transformación o acondicionamiento de materias primas
  2. Diseñar y controlar sistemas de procesamiento con los menores impactos negativos sobre el medio ambiente
  3. Utilizar la ciencias de los alimentos para desarrollar, mejorar u ofrecer nuevos productos
  4. Diseñar sistemas de calidad que contribuyan a asegurar el valor nutritivo, la inocuidad de los alimentos

COMO ELABORAR UNA MERMELADA CASERA


El color, aroma y sabor, así como sus sanas propiedades, hacen de la fruta un alimento irresistible. Sin embargo, muy a menudo, se estropean y no queda más remedio que  de ellas. Una buena alternativa para conservarlas y degustarlas, es en forma de mermeladas, una preparación que perdura bastante tiempo inalterable. La fórmula es sencilla: una mezcla de fruta cocida y azúcar.

La elección y preparación

El primer paso es elegir el tipo de fruta, preferentemente, fresca., no hay más limitaciones que nuestros gustos: desde las más típicas de melocotón,fresa o ciruela pasando por los cítricos, frutos secos o las hortalizas como tomates, zanahorias o cebolla. Lo mejor para preparar la mermelada es que la fruta esté madura, no muy blanda, y con color y aroma fuertes, que son indicativos del buen sabor. 

La fruta seleccionada se pela, se retiran los huesos o pepitas y se trocea. Conviene, también, triturar la pulpa ligeramente para que espese mejor. Luego, se deja macerar en la misma cantidad de azúcar  para que suelte jugo. Es adecuado añadir un chorrito de limón para prevenir la oxidación.

La cocción y conservación

A continuación, se pone a hervir. Realizar correctamente la cocción es fundamental para lograr una buena mermelada. El tiempo en el fuego dependerá de la cantidad de agua que contenga la fruta, así como el nivel de pecticina. A más agua, más tiempo, ya que se tiene que evaporar para que espese la mermelada y, a más peticina, menos, puesto que ese componente es espesante. 
Para la conservación en frascos de cristal de las mermeladas , primero deben esterilizarse los recipientes de cristal, hirviéndolos. A continuación, se vierte la mermelada en ellos, se cierran bien y se calientan al baño María  unos 20 minutos para conseguir el sellado hermético. De esta forma, las mermeladas pueden durarnos mucho tiempo.